Magdalena penitente

El 4 de noviembre de 1894, Santiago Rusiñol (Barcelona, 1861 – Aranjuez, 1931) hizo coincidir la celebración de la Tercera Fiesta Modernista con la inauguración oficial del nuevo Cau Ferrat y la presentación pública de las dos obras de El Greco.
La mañana de ese día, una cincuentena larga de amigos del artista -llegados de Barcelona y de otros lugares- se concentró en la plaza de la Estación, en medio de la curiosidad y la expectación de un nutrido grupo de aldeanos. Desde allí, se organizó una procesión cívica que en Sitges se recordaría durante muchos años. Abrían la comitiva, montados a caballo, el dibujante Luis Labarta y Pere Romeu, que llevaba la bandera del Cau Ferrat.
En la Magdalena de El Greco (Creta, 1541 - Toledo, 1614) no hay vestigios de su lujuria, ni tampoco figura el bote de los ungüentos, pero conserva su juventud y su excepcional belleza, ahora esperitualizada; nada se puede adivinar de su cuerpo cubierto con un austero manto bermellón.
La excelente factura pictórica es testigo de la inconfundible maestría de El Greco en el tratamiento de las carnaciones. Es una pieza emblemática entre las series de santos solitarios salidos del pincel de El Greco.